Periodistas en Español
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, se mostró preocupada por el “significativo” flujo de venezolanos que sale hacia países vecinos, otros países de la región y países más lejanos, informa Signis ALC.
A pesar de que las circunstancias individuales y las razones de estos movimientos varían, las consideraciones de protección internacional se han hecho evidentes para una proporción significativa de venezolanos, y ante esta realidad, la ACNUR insta a los Estados receptores para que le permitan el acceso a su territorio y a que continúen adoptando respuestas adecuadas y pragmáticas orientadas a la protección y basadas en las buenas prácticas existentes en la región.
ACNUR se ha ofrecido para trabajar con los Estados con el fin de elaborar mecanismos adecuados de protección internacional de conformidad con la normativa nacional y regional, en particular la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y la Declaración de Cartagena.
La ACNUR alienta a los Estados a que consideren los mecanismos orientados a la protección que les permita una estancia legal a los venezolanos, con las salvaguardas adecuadas. Esto podría, por ejemplo, incluir varias formas de protección internacional, incluso bajo el derecho internacional de los derechos humanos, y protección temporal o acuerdos de estancia, o alternativamente visados o mecanismos migratorios laborales que puedan ofrecer acceso a la residencia legal y a un tratamiento estándar similar a la protección internacional.
Las medidas de acogida deben facilitar el acceso a los derechos básicos y a los derechos fundamentales, en igualdad de condiciones con otros ciudadanos extranjeros que son residentes legales en el territorio del Estado, de conformidad con las Directrices de la ACNUR sobre protección temporal o acuerdos de estancia. Estos derechos incluyen: acceso a la atención médica; acceso a la educación; unidad familiar; libertad de circulación; acceso a albergue, y el derecho al trabajo. Estos derechos se garantizarían de manera igualitaria y no discriminatoria.
Fuente:
https://periodistas-es.com/acnur-preocupacion-por-el-flujo-de-venezolanos-que-sale-del-pais-100308
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Hará cosa de días, con la noticia de la muerte del último de los machos de la subespecie de rinoceronte blanco del norte, fue que me vino a la mente la terrible tragedia de Venezuela, más allá del mal gobierno, de la corrupción, del desastre de los servicios públicos, el desempleo, la hiperinflación y por supuesto, el problema de la violencia.
Y es el caso de la muerte anunciada de una nación, bien por la desaparición de cientos de miles y hasta millones, por el hambre, la mengua, la anotada violencia y como la que se viene gestando por la emigración de nacionales como nunca antes se había dado en la historia patria.
Más allá de la mudanza de miles de profesionales, necesarios para el desarrollo de Venezuela, el sólo aspecto estadístico se convierte en un impacto mortal para el país, no sólo demográficamente, sino también en los aspectos industriales, comerciales, educativos, culturales y hasta en materia de seguridad y defensa de la república, esto es, en cuanto a la propia estabilidad y existencia del propio Estado-Nación.
No se trata de los millones de venezolanos que ya se fueron, de los cuales es seguro que muchos no volverán. Y no es que se mire con pesimismo sin razón, la posibilidad del regreso de las mayorías que emigraron y de las que están por emigrar; Tómese en cuenta que aquellos, ya en tierra extranjera contrastarán realidades tales como la meritocracia, el orden, la seguridad personal y jurídica, la no condescendencia con el pájarobravismo o como ya los conocemos aquí: La viveza criolla y la victimización para conseguir prebendas, favores y ventajas, además de los pocos habituales –Porqué indudablemente que en todas partes existirán- ñemeo, la matraca, el guiso y la golilla, a los niveles que aquí llegaron en los últimos veinte años.
Dificultase así, entonces el regreso no sólo de aquellos, sino de los muchos, que siendo sus descendientes, no serán ciudadanos de este país, más allá de disposiciones constitucionales y legales que se empeñen en empotrarles la nacionalidad venezolana… Que obviamente por razones de conveniencia y alertados por sus padres en aquél exilio, muy difícil será también, que se atrevan a ejercer.
Entre unos y otros, los emigrantes y su descendencia, no serán ya; Brazos para el trabajo industrial, comercio o para la prestación de servicios; Mentes e intelectos para la preservación del folclore y las tradiciones patrias; Para la educación, formación e instrucción tanto en lo científico, como en lo tecnológico o artesanal y por último; Hasta para defender la soberanía y la integridad territorial de la nación, por la pérdida de la posibilidad de tener contingentes disponibles bajo las armas en los ejércitos de aire, mar y tierra de la república. Así en esta generación, como en la próxima y quien sabe cuántas más generaciones por venir.
De lo anterior podemos afirmar –como no sea para satisfacer intereses egoístas, sectarios y verdaderamente apátridas- por este sólo aspecto expuesto en la presente disertación, como resultado del desempeño gubernamental, de que además de que la república corre grave peligro de desaparecer, nunca, pero nunca, fueron o pudieron ser mejores estos últimos veinte años, que ninguna época pretérita, salvo los terribles años de la guerra de la independencia… Y entiéndase bien; ante opiniones contrarias que recurran a las supuestas satisfacciónes o conquistas sociales que hayan podido alcanzarse; Así, en negrillas y mayúsculas: NUNCA. A este precio.
Nelson Miguel Alcalá Barazarte.
Caracas, 28 de marzo 2018.